Fue a partir del siglo XIX, a
raíz de la revolución industrial, cuando las ciudades en las que llegaron a
instalarse las fábricas resintieron los daños que estas ocasionan. En un
principio, las empresas no contemplaron los daños que ocasionaban al ambiente,
ni los industriales pensaron que sus fábricas causaran tantos daños a la
naturaleza, tampoco la ciudadanía imaginaba que el crecimiento demográfico iba
a causar un gran impacto ambiental. Ahora las personas llegan a las ciudades y
ocupan las pocas áreas verdes que aún quedan en ellas. Cada vez hay mayor
número de personas y los recursos naturales, ya no alcanzan para satisfacer las
necesidades de todos.
El problema ambiental más
relevante fue la contaminación de la atmósfera, las aguas y los suelos, como
consecuencia de las descargas de residuos industriales cuyo efecto más grave
fue el calentamiento global y la acumulación de residuos. La revolución
industrial no solo trajo estos problemas, hasta la fecha se han generado más y
más problemas ambientales.
No se puede concebir un
mundo sin fábricas que proveen de enseres para trabajar, alimentos, bebidas, etc.,
un sin fin de productos; sería imposible que al instante desaparecieran estas
industrias. Pues el hombre ha
explotado, y continúa explotando, los recursos que le brinda la naturaleza, sin
embargo en las tres últimas décadas se ha hecho evidente la
explotación indiscriminada e inconsciente de los recursos naturales renovables
y no renovables.
El mundo tiene que seguir su desarrollo, la cuestión es precisamente
encaminar las investigaciones a la búsqueda de mejores opciones para que los
residuos de las industrias sean menos nocivos para la naturaleza. Puedo
mencionar que la industria del transporte se ha preocupado por los problemas
ambientales, y ha hecho nuevos productos biodegradables como los
biocombustibles, pues estos causan menor impacto ambiental.
El rápido avance tecnológico producido tras la edad media culmino en la
Revolución Industrial. Fue en esta cuando los seres humanos empezaron realmente
a cambiar la faz del planeta, la naturaleza de su atmósfera y la
calidad de su agua.
La consecuencia más importante de la revolución
industrial fue el llamado crecimiento económico sostenido, es decir, el
crecimiento constante de la riqueza de un país. No obstante, el crecimiento
económico ha tenido un precio, la aparición de una nueva relación entre el
hombre y la naturaleza, caracterizado por la aparición de los recursos a gran
escala, la contaminación y la producción de gran cantidad de deshechos, todo
ello ha tenido consecuencias negativas para el ambiente.
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